Las palabras “vientre de alquiler” son un valor al alza en los medios. Cualquier programa que hable de los vientres de alquiler, ya sea a favor o en contra, conseguirá resonar. Pero todos, o casi todos, comparten un mismo problema; en de utilizar el término “vientre de alquiler” en vez de llamarlo “gestación subrogada”.
Existen escasos países donde un vientre de alquiler sea legal y permitan remunerar a la madre gestante. Los programas en Ucrania, Rusia, Georgia, y algunos estados de EEUU son la escepción En Ucrania la ley no pone límite en la cantidad de una compensación para un vientre de alquiler Una gestante puede percibir más de 22,000 euros.
Uno de los países donde también es legal un mal llamado vientre de alquiler
para parejas heterosexuales y mujeres solteras es Rusia.
Siempre y cuando no puedan llevar un embarazo a término por si mismos o tengan algún problema para gestar su propio hijo.
El tratamiento puede hacerse con el material genético de la pareja o a través de una donante.
La Ley Rusia de enero de 2012es la que establece las bases de estos procesos.
Esta permite a padres extranjeros acceder a un vientre de alquiler siempre que se cumplan los siguientes requisitos:
Parejas heterosexuales y mujeres solteras. Si bien la ley no explicita el derecho de los hombres solteros a hacer un
proceso de gestación subrogada, una amplia jurisprudencia desde 2005 lo permite, y muchos solteros tienen sus hijos el Rusia.
Solo se permite acceder a un vientre de alquiler, si la gestante no aporta sus propios óvulos, proceder de la pareja o de un o una donante.
Se debe tener incapacidad médica para gestar HABLAMOS DE ESTOS DOS PAISES EN CONCRETO DADO QUE SON LOS PAÍSES TANTO UCRANIA
COMO RUSIA DONDE MÁS POLEMICA Y MALA PRENSA EXISTE SOBRE VIENTRES DE ALQUILER.
La sociedad, sus costumbres, su ideología y, especialmente, sus estigmas y estereotipos, vienen de los medios. Si los medios hablan de vientre de alquiler, la sociedad hablará de vientre de alquiler. Y, de hecho, la sociedad ya habla de vientre de alquiler. Lo hemos interiorizado, independientemente de si estamos de acuerdo o no.
A menudo muchas personas, utilizando el feminismo como argumento, hablan de vientre de alquiler para despreciar la gestación subrogada. Pero, con ello, están faltando al respeto a las mujeres a las que dicen defender, porque no pueden querer ser un vientre de alquiler voluntariamente. No pueden querer ser gestantes altruistas, siempre lo hacen por necesidad económica. Y para este sector de la sociedad, cualquier documental sobre, por ejemplo, la gestación subrogada en Canadá, será siempre todo una gran mentira. Para estas personas toda persona que sustituye a una madre en su embarazo es, indiscutiblemente, un vientre de alquiler. Da igual si lo ha hecho para ayudar a su hermana. Da igual si oyó la historia de una pareja y decidió ayudarles. Todo eso da igual, es un vientre de alquiler.
Para acabar con el estigma del vientre de alquiler es importante entender primero la diferencia entre alquilar y subrogar. Alquilar, según la RAE, es “Dar a alguien algo, una finca un animal o un mueble, para que se use en el tiempo que se determine y mediante el pago de una determinada cantidad". En cambio, subrogar se define como “sustituir o poner a alguien o algo en lugar de otra persona o cosa”. Entonces, si usamos el término vientre de alquiler, decimos que la mujer o “vientre de alquiler” alquila su útero a alguien para que lo use. En cambio, si hablamos de gestación subrogada, hablamos de que una mujer sustituye a otra, o a una pareja gay, ante su imposibilidad de gestar.
Otra incongruencia como el vientre de alquiler es el denominar a la gestación subrogada una “compra-venta” de bebés. Nuevamente, es imposible que un país permita legalmente comprar bebés porque la trata de seres humanos es ilegal en todo el mundo, va contra los Derechos Humanos. Un bebé nacido de una gestación subrogada, o de un vientre de alquiler para quien lo quiera denominar así, es, igualmente, genéticamente hijo de su padre biológico, y en muchos caso también de su madre, pero en ningún caso de la gestante, si se hacen las cosas como se debería. Por lo tanto, unos padres comitentes, no están comprando un bebé a vientre de alquiler; se están llevando a su hijo que otra persona ha gestado. Y da una remuneración a esa persona por las molestias. Igual que da una remuneración a una agencia por sus servicios en cuanto a asesoría legal, así como por todo el procedimiento médico de fecundación in vitro. La agencia de gestación subrogada no está vendiendo un vientre de alquiler, está ofreciendo sus servicios jurídicos y médicos.
Al hablar del precio de un vientre de alquiler, nuevamente estamos denominándolo de forma errónea.
Cuando pagamos por un proceso de gestación subrogada estamos pagando por una asesoría legal y por unos
tratamientos médicos, muy avanzados por cierto. Por lo tanto, no es el precio de un vientre de alquiler,
es el precio de unos servicios.
Y si hacemos referencia al precio del vientre de alquiler
como la remuneración que recibe la madre gestante por las molestias, entonces quizás deberíamos preguntarnos porqué es
válido que se pague por las molestias y desplazamientos de donaciones como la de óvulos o la de médula,
o cualquier otra que implique un proceso mucho más largo y con más pruebas médicas que una donación de sangre.
Por lo tanto, y recapitulando concluimos que: